El futuro ya está en casa: así funcionan los hogares domotizados

BEATRIZ ROJAS, Madrid

Todos, en algún momento de nuestra infancia, soñamos con casas que hacían todo solas. Especialmente quienes crecimos viendo la serie animada de Los Supersónicos, ambientada en el año 2062 y cuya sirvienta, Robotina, les resolvía prácticamente todos los problemas del hogar. La realidad, como siempre, ha ido por otros caminos, pero las casas inteligentes, como las de la serie, ya no son una fantasía. De hecho, cada vez más hogares incorporan tecnología domótica para convertirse en smart homes. ¿No habías oído hablar de ella? Sigue leyendo…

La palabra domótica habla por sí sola: viene del latín domus, que significa casa y del griego tica, que se podría traducir como automatización. Juntos, ambos vocablos forman un concepto que en los últimos años ha facilitado al máximo la vida de los habitantes de los hogares más modernos del mundo, que se han convertido, para su comodidad, en usuarios avanzados de sus propias viviendas.

Conectar nuestra casa a internet nos da la posibilidad de acceder a ella a distancia, a través de nuestros móviles, tablets u ordenadores, e incluso de programar las funciones que queremos que se pongan en marcha mientras no estamos presentes en el hogar. Así se solucionan un montón de problemas que antes nos preocupaban a la hora de dejar nuestra casa deshabitada, por ejemplo, durante periodos de vacaciones.

En una casa inteligente, puedes simular movimiento cuando no hay nadie, encender las luces, el televisor o poner música a las horas que prefieras, con el fin de confundir a los posibles ladrones que merodeen. Además, la gran mayoría de los sistemas de alarmas presentes en el mercado están ya conectados con sistemas informáticos que también dan la posibilidad de acceder remotamente a través del móvil, por lo que la seguridad del hogar, gracias a esta tecnología, se ve altamente beneficiada.

Pero las ventajas no se quedan ahí: también puedes preparar tu casa para tu llegada abriendo y cerrando puertas, rejas y ventanas, cortinas, persianas y tener el control de la temperatura más adecuada en cada época del año, con un solo clic. ¿Te imaginas programar la nevera para que te mande la lista de la compra cuando los alimentos se vayan acabando, que el jardín se riegue solo en función del calor o del sol que le dé o que al llegar te espere una bañera llena de agua templada para relajarte? 

¿Y si dejar a tu mascota sola ya no fuera un problema porque tu propia casa le da de comer y le abre la puerta para que salga a la terraza? Todo esto, que parece sacado de una película futurista, es absolutamente posible y no es más que una muestra de lo que puede significar domotizar tu hogar.

Pero, ¿cómo funciona esta tecnología? Fácil: tu casa queda prácticamente conectada por completo a una central de operaciones que recopila la información que le envía cualquier objeto o dispositivo que tenga acceso a Internet. A través de una red Wi-Fi personalizada, es decir, la que tienes normalmente contratada en tu casa, se conectan, por ejemplo, electrodomésticos, equipos de climatización, alarmas, ventanas, puertas y portales, sistemas de regadío, etc. Y de ahí, a tu móvil.

Ah, y por muy raro que te parezca, nada de esto es tan caro como te puedas imaginar, ya que una de las ventajas que mejor justifican invertir en estos tiempos en un sistema domótico es el importante ahorro de energía en el que se traduce su uso a largo plazo. Además, la tecnología se ha ido universalizando y poniéndose al alcance de todos los bolsillos al mismo ritmo que la domótica, por lo que cada vez es más económico y sencillo encontrar ofertas de oportunidades para domotizar la casa, cuyo coste siempre irá fijado a los metros cuadrados y la cantidad de elementos de la vivienda que queramos automatizar. ¿Te animas?

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