Dos enormes mansiones y un piso de tres plantas: aquí se refugian Shakira y Piqué tras su separación

BEATRIZ ROJAS | Madrid

La historia de amor entre Shakira y Gerard Piqué, que se acaba de terminar, había nacido hace 12 años, en medio del furor del Mundial de fútbol que España ganó en Sudáfrica, en 2010. Muy poco antes, sin saber que su vida estaba a punto de dar un giro, el defensa del Barça se había comprado en 2009 una vivienda valorada en 4,5 millones de euros, en pleno centro de Barcelona, más concretamente en la calle Muntaner de la ciudad condal.

Tras la separación, que al parecer se produjo alrededor de tres meses antes de que la pareja la hiciera pública a través de un breve comunicado, Piqué se mudó a su antiguo piso de soltero. Mientras, Shakira se ha quedado con los niños, Milan y Sasha, de nueve y siete años respectivamente, en el enorme chalé que la familia ha compartido la última década, aunque varios medios especializados especulan con que no será por mucho tiempo.

Piso de Piqué en la calle Muntaner de Barcelona.

“No tiene muchos amigos ni familia en Barcelona, aparte de la de Gerard”, cuenta una fuente cercana a la cantante, que asegura que la colombiana está preparándolo todo para irse con sus hijos a vivir a la mansión que posee en Miami. Si eso fuera así, el lío judicial que se avecina para la expareja es complicado: por lo pronto, la custodia de los niños, que nacieron en España y aquí han vivido toda su vida, es compartida y Shakira deberá llegar a un acuerdo con su ex para mudarse.

De momento, todos siguen viviendo en Barcelona: Piqué, en su piso de lujo del centro de la ciudad y Shakira y los niños en el municipio barcelonés de Esplugues de Llobregat. Pero ambas propiedades no son las únicas con las que cuentan los miembros de esta famosa expareja. En 2015, el defensa blaugrana saltó a las portadas tras adquirir otra mansión en Barcelona, esta vez en el lujoso barrio de Pedralbes, muy cerca del Camp Nou.

Mansión de Shakira y Piqué en Pedralbes.

Esta segunda residencia, cuya adquisición por parte de la pareja generó en su momento muchas intrigas, es un lujoso chalé de 1.300 metros cuadrados por el que Piqué y Shakira pagaron cinco millones de euros hace siete años. Repartidos en sus cuatro plantas conectadas por un ascensor, la casa cuenta con siete habitaciones, varios baños, dos cocinas, una piscina interior y gimnasio. En el jardín, otra enorme piscina con cascada y una cancha de tenis. Las vistas panorámicas de la ciudad condal que se divisan desde los pisos superiores de la mansión son simplemente envidiables.

Una mansión construida a capricho

Pero la propiedad que Shakira ha elegido para quedarse con sus hijos —al menos de momento— es su casa de Esplugues, una vivienda de 3.800 metros cuadrados ubicada en la exclusiva urbanización de Ciutat Diagonal y que la pareja se construyó a su gusto y a medida.

Chalé de la expareja en Esplugues de Llobregat.

En 2012, compraron dos casas contiguas por poco menos de un millón de euros y, tras realizar un rediseño integral, las unieron para convertirlas en la mansión de sus sueños. Con tres plantas exteriores y dos subterráneas, a la actual propiedad no le falta de nada: posee zonas de juego, salones de estudio, un gimnasio diáfano pero equipado hasta el último detalle con las mejores máquinas y un gran jardín con pista de baloncesto y de pádel.

Gerard Piqué, sin embargo, lleva meses viviendo fuera de esa casa familiar. El piso de soltero por el que la ha cambiado, como contábamos más arriba, le costó hace 13 años 4,5 millones de euros y tiene muy poco que envidiar a las demás propiedades del futbolista. Se trata de una sexta planta en un señorial edificio de la calle Muntaner, en el centro de la ciudad, pero no es un apartamento al uso.

Sus tres plantas poseen enormes habitaciones, sala de billar y una zona de chill out en la terraza, donde también hay sitio para una amplia piscina. Piqué lo adquirió en 2009 y poco después comenzó su vida con Shakira, por lo que se lo alquiló durante un tiempo a su compañero Cesc Fábregas, que vivió en la propiedad con su novia Daniella Seemann. La vida tiene tantas vueltas, que 12 años después y con dos hijos, es el defensa blaugrana quien lo habita y hace en él su nueva vida de soltero. ¿Se lo habrá imaginado en los tiempos del Waka-waka?

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